Cerrar

Inicio / Control de peso

“Una vez al año no hace daño”; “me lo merezco”; “sólo un poco”; “ya lo compensaré”; “no es justo que ellos puedan y yo no”; “total, que mas da…”; “si ya me he saltado la dieta, que más da un poco más…”; “me estoy dando un capricho”, “mañana puedo empezar otra vez”… podría seguir unas cuantas líneas más.

¿Te suena alguna? Seguro que en algún momento te has dicho a ti mismo alguna de estas frases. Si no estas en concreto, alguna parecida.

Estos son pensamientos saboteadores que nos decimos a nosotros mismos para darnos permiso para las cosas. En este caso, estos pensamientos nos dan permiso para comer cosas que por circunstancias no deberíamos o no podríamos comer.

Es algo inconsciente, muy común sobre todo si estás restringiendo tu alimentación y esto te está generando algo de ansiedad. En películas, series o dibujos animados, estamos acostumbrados a ver la típica escena donde el protagonista se debate entre el bien y el mal. Le aparece un angelito y un demonio que se postran cada uno en un oído con la intención de convencer al protagonista de que le siga en su camino. Los pensamientos saboteadores no son más que ese mini demonio que se nos pone a decir paparruchas en el oído.

Son pensamientos bastante poderosos que tienen consecuencias. Si les hacemos caso normalmente vienen acompañados luego de culpa. Porque el placer de hacer caso al demoniete, a veces, dura un segundo en la boca. La culpa, frustración, enfado, tristeza duran bastante más… ¿por lo que vale la pena hacerle caso?

Con esto no quiero decir que hay que seguir una dieta restrictiva siempre, cumpliéndola al pie de la letra. Como siempre decimos en Nutriestudio, la flexibilidad hace la adherencia. Si tenemos una cierta flexibilidad y disfrutamos de comidas fuera de lo común, nos será más fácil seguir una pauta de alimentación correcta y concreta.

Pero los pensamientos saboteadores son más característicos del día a día; de un picoteo, de un dulce… no tanto de salir a comer un buen arroz, unos calamares a la romana y una cerveza fresquita. La flexibilidad de la que hablamos tiene más que ver con la segunda opción y no con la primera. Es decir, aprovechar esa flexibilidad para comer cosas atípicas, en restaurantes, celebrando nos aporta mucha más felicidad y cosas positivas que aprovecharla para el picoteo diario, del que prácticamente no tenemos conciencia de lo que estamos haciendo y no lo disfrutamos. Si nosotros ya tenemos en cuenta nuestra flexibilidad para aprovecharla en fin de semana y, además hacemos caso a los pensamientos saboteadores en el día a día, probablemente no consigamos los objetivos de peso, ya sea de pérdida o de quedarse igual.

Por lo que repetimos la pregunta, ¿vale la pena hacerle caso a los pensamientos saboteadores? Dale una vuelta. Piensa cuales son los pensamientos saboteadores que te dice el demoniete, reconócelas cuando te las dice y diles que ¡NO! Que no te vale la pena hacerle caso, que prefieres disfrutar de tu flexibilidad de otra manera.

Desde el confinamiento, se han puesto de moda mil desayunos saludables, así como también postres fit o recetas saludables…Y la pregunta es… ¿por ser saludable puedo comerlo siempre que quiera?¿la cantidad que quiera?

La respuesta es depende. Como en la mayoría de cosas en nutrición… Dependerá del objetivo de cada persona y de sus características.

Pero, ¿Qué ha pasado con los desayunos saludables? El problema son las cantidades, pero también los alimentos.

Una tostada con huevos revueltos, aguacate y queso fresco es muy saludable, sí, pero si las cantidades son elevadas, y la densidad calórica también. Por lo que podemos estar comiendo más calorías de las que nuestro cuerpo necesita, y ahí es cuando puede ser “peligroso”, ya que puede contribuir al aumento de peso.

Lo mismo pasa con los mugcakes, tortitas, bowls con mil frutas, cereales, cremas de frutos secos…

Eso no significa que no puedas hacerte estos desayunos, sino que tenemos que tener en cuenta las cantidades de estos desayunos en función de tus necesidades fisiológicas, tu gasto energético y tus objetivos.

Las opciones de desayunos son infinitas, lo que te recomendamos es que incluyan una fuente de proteína de buena calidad ya que nos ayudará a mantener la saciedad durante la mañana.

Aquí os dejamos algunas ideas de desayunos completos:

  • Queso fresco batido, kéfir o yogur con fruta y frutos secos o cereales integrales
  • Huevos revueltos + tostada de pan integral con rodajas de tomate
  • Tostada de pan wasa con queso fresco y manzana
  • Pan integral con huevo poché + pieza de fruta
  • Tostada con aguacate y huevo
  • Leche con cereales integrales + pieza de fruta
  • Porridge de avena con plátano o naranja
  • Pudding de chía con fruta
  • Tostada con queso fresco y anchoas
  • Fruta + frutos secos
  • Tostada de queso crema con salmón ahumado

Recordad que las cantidades dependerán de tus objetivos, de tu composición corporal, sensaciones de hambre por la mañana, tipo de trabajo….

Si necesitas ayuda puedes acudir a un profesional titulado que te ayude y te enseñe cuales son las raciones adecuadas para ti.

Parece mentira, pero ya ha llegado septiembre.

Para muchos, en septiembre comienza otra vez el año. El mes de plantearte propósitos y objetivos nuevos. Para otros, septiembre no trae más que ansiedad. ¿Volver a plantearse propósitos para no cumplirlos?

Y tú, ¿de qué tipo eres? Yo solía ser de las primeras. Quería ver septiembre con optimismo, marcándome nuevos objetivos. Durante los meses de julio y agosto siempre, si tenía alguna idea pensaba, esto lo desarrollo en verano y en septiembre lo pongo en marcha. Os hago spoiler, eso rara vez pasaba.

Reflexionando sobre el tema, me he dado cuenta de que ver con optimismo y como un nuevo comienzo de año la llegada de septiembre, es algo impuesto. Como una tradición.

Volver a empezar…otra vez…volver a estrenaaaar… zapatos y libros…” ¿Os suena? ¡Exacto! ¿A ver si va a resultar que el tema de volver a empezar es más un tema de volver a comprar, un poco impuesto por la industria, que nos lo ha pintado lleno de optimismo porque ya duele suficiente el monedero? Seguro que toda la culpa no la tiene la industria, pero estoy segura de que si seguimos el hilo en el pasado, quien empezó con la historia fueron ellos.

En cualquier caso, llega septiembre y nos ponemos a pensar en los propósitos para acabar el año con un buen balance. Empezamos muy bien, pero, como dice mi madre “arrancada de toro y parada de burro”. No llegamos a los objetivos ni para acabar el mes. Entonces nos frustramos, nos agobiamos y nos tratamos mal. “Es que siempre igual”, “no eres capaz…”. ¿Quizás es que nos marcamos unos objetivos demasiado grandes para lo que queda de año?

Os propongo una idea. En vez de marcarnos grandes objetivos, nos podemos marcar pequeños e ir añadiendo cada mes. Además, podemos clasificarlos en tres bloques: alimentación, actividad física y bienestar. Si nos vemos preparados podemos plantearnos uno de cada, cada mes. Ya nos sabemos de sobra los objetivos típicos: apuntarse a un gimnasio, salir a correr, comer menos cantidad, planificar la semana con menús… Pero os pongo ejemplos de microobjetivos que nos podemos plantear, dependerá también de donde partamos y cuál es nuestro objetivo final.

Microobjetivos de alimentación: añadir alguna verdura en cada comida; controlar el aceite que usamos; comer pescado mínimo dos veces por semana; cambiar los alimentos con harinas refinadas por integrales; beber dos vasos de agua en cada comida;

Microobjetivos de actividad física: estirar diez minutos dos días a la semana; subir por las escaleras; caminar todos los días mínimo una hora…

Microobjetivos de bienestar: apagar el móvil 1 hora antes de acostarse; dormir mínimo 8 horas al día; no fustigarse ni culpabilizarse cada vez que no nos salga alguna cosa; ponerse un labial por las mañanas… Aquí se puede incluir cualquier cosa que nos haga sentir un poco mejor en el día a día, por muy tonto que nos parezca.

Os animo a probar este método de microobjetivos mensuales y pasar un poco de cada cambio de año, sean uno o dos al año.

Muchas veces, podemos tener la sensación de tener hambre cuando hace poco que hemos comido, o que nos apetece algo muy en concreto, como si fuera un antojo, ¿os ha pasado? Eso puede ser que se trate de hambre emocional o ansiedad. ¿Has oído hablar de ella?

¡Te lo cuento! Existen varios tipos de hambre, pero los más conocidos son el hambre real o fisiológica o el hambre emocional

Y no te ofusques si a veces no puedes distinguir cuál de las dos tienes, ¡No es tan fácil como parece!
Lo que si puedo decirte, es en qué se diferencian una de la otra, así tenemos algunas pistas para identificar de qué tipo se tratan. 

Hambre real o fisiológica: 

  • Aparece de forma gradual, poco a poco
  • Nos apetece comer cualquier cosa, por ejemplo un plato de verduras. 
  • Después de comer una cantidad suficiente de alimentos, la sensación de hambre desaparece y nos sentimos saciados
  • Podemos esperar para comer, y nuestra hambre irá aumentando

Hambre emocional o ansiedad: 

  • Suele aparecer de forma repentina, y necesitamos comer de inmediato
  • Suele apetecernos algo específico, como un antojo. Por ejemplo, galletas de chocolate. Si por algún motivo no tenemos ese alimento/producto que nuestro cuerpo nos pide y comemos otro, como no hemos satisfecho nuestra necesidad, es posible que esa sensación de hambre siga presente. 
  • Aunque hayamos comido una cantidad suficiente de alimentos, no nos sentimos saciados y necesitamos comer más
  • No podemos posponer el momento de comer, sentimos la necesidad de comer en ese preciso instante. 

En este video hablamos con más profundidad sobre como diferenciar el hambre emocional del hambre real.

Espero que te haya sido útil y que te ayude a identificar qué tipo de hambre puedes estar sintiendo. 

Ya estamos en Semana Santa y con ella, vemos acercarse el verano y empieza la operación bikini. Perder peso se ha convertido en un negocio muy rentable, sobretodo si se buscan resultados milagrosos y rápidos. Existen una gran cantidad de dietas milagro para perder peso y también forman parte de ellas, los zumos detox. Aunque éstos no sólo los venden para la pérdida de peso.

Hoy os quiero explicar que, a parte de no servir para nada, pueden ser perjudiciales para la salud. 

Empezando por el término, detox no significa nada. Ni detox, ni detoxificación están contemplados por la R.A.E. Se mezclan conceptos como desintoxicación, depu ración, toxinas, tóxicos, metabolitos… Una coctelera de diferentes conceptos que desembocan al pensamiento como de que el cuerpo acumula ciertas sustancias que hay que eliminar. Un poco como la cal que se queda en el grifo. No voy a entrar en términos de toxicología y farmacocinetica (que son las ciencias que estudian estos conceptos), pero sólo falta estudiarlas un poco para ver que esto  no se sostiene por ningún lado. En cualquier caso, si el cuerpo acumula algo que no debe quizás sí que habría que ir a un sitio, al médico, porque significa que algo no va bien.

Estamos hablando de zumos hechos con verduras, todo natural. Pero nos olvidemos de que natural no quiere decir saludable, ni ecológico (pero esto es otro tema). Natural también es la cicuta. 

¿Pero cómo puede ser que las frutas y las verduras sean saludables pero los zumos hechos con estos no? Resulta que los vegetales en forma de zumo se ingieren en más cantidad que si lo hicieramos de manera sólida. Además que se ingieren crudos por lo que no tienen una pérdida de nutrientes típica del cocinado. Entre ellos el oxalato. Por la cantidad de vegetales que contienen crudos, este tipo de zumos tienen una cantidad de oxalato muy grande. Además, se suelen tomar en ayunas por lo que la absorción del oxalato aumenta. Esto puede producir una enfermedad llamada Litiasis Renal. 

Una de las cosas que nos ha enseñado el coronavirus es la importancia de la higiene en la cocina y la manipulación de los alimentos. Al utilizarse crudos, si no se limpian bien, pueden venir acompañados de algún invitado que nos haga pasar muy mala noche. Pueden ser un foco de infección.

Además, se ha observado que este tipo de batidos puede interaccionar con muchos fármacos, por lo que hay que tener cuidado si este es el caso. 

Pueden hacerte engordar. Como lo oyes. Las calorías líquidas entran mucho más rápido y sacian mucho menos. Por lo que sin darte cuenta puede que acabes ingiriendo más calorías de las que gastas.

Y el último. Son muy muy caros. Por lo que también será perjudicial para tu bolsillo.

Últimamente, parece que se haya puesto de moda el ayuno intermitente como método para perder peso. Cuando un método de alimentación resuena tanto suele suceder porque algún “guru” la ha probado, le ha funcionado y lo proclama a los cuatro vientos como si hubiese descubierto la solución a uno de los grandes problemas de la sociedad en la que vivimos. También puede ser que le paguen. Esto es lo que ha pasado con el ayuno intermitente. En este caso, no estamos hablando de una dieta milagro, de las que hemos hablado tantas veces por aquí.


Tampoco es una moda, ni tampoco lo ha descubierto el “iluminado” de turno. De hecho se ha ido practicando desde la antigüedad. El ramadán por ejemplo es un tipo de ayuno que se sigue practicando por la comunidad musulmana.

Entonces, ¿que es el ayuno intermitente?

Es una estrategia de alimentación en la que intercala un periodo de horas en la que se restringe la alimentación por completo con otro periodo en el que se puede comer. Hay varios tipos de ayuno. El más típico es el 16/8; 16 horas sin comer y 8 horas durante las que puedes comer. También existe 12/12 o incluso días. No hay que ponerse las manos a la cabeza, mientras la alimentación sea la correcta y estén cubiertos todos los nutrientes.
Es cierto que la recomendación de comer 5 veces al día en toda la población está obsoleta. Es una recomendación muy generalista que no tiene en cuenta las variables en las que se encuentra cada persona. De hecho, seguro que alguna vez sin pensarlo has practicado el ayuno. Por ejemplo si cenas a las 21 y no comes nada hasta la 13h estás practicando un tipo de ayuno.
Pero igual que la recomendación de comer 5 veces al día ya no es válida, no se puede recomendar de manera general un ayuno intermitente. Porque no a todo el mundo le va a ir bien.

¿Funciona el ayuno intermitente para la pérdida de peso?

Si hay un déficit calórico sí. Pero como en cualquier estrategia. Como hemos comentado más veces, el factor principal para que haya una pérdida de grasa es que gastes más de lo que consumes. Por lo tanto no es cuestión del ayuno intermitente, si no de la cantidad de calorías. Es cierto que, al comer durante menos horas es posible que la cantidad sea menor. Pero no a todo el mundo le va a ir bien esta estrategia. Os pongo un ejemplo. Una persona acostumbrada a comer en grandes cantidades, picotear y elegir alimentos procesados ricos en azúcares e ingredientes de baja calidad. Quiere perder peso y prueba el ayuno. Una persona acostumbrada a comer de manera habitual, si cena a las 21 y no vuelve a comer hasta las 13:00, probablemente la ansiedad por la comida será tal, que acabe comiendo más cantidad que si comiera más veces al día.

Además, parece que el ayuno intermitente puede tener otro tipo de beneficios para la salud, de los que hablaremos en el próximo artículo.

Quedan pocos meses para que llegue el verano y ahora estamos en esa época en la que vamos viendo a más personas en el gimnasio, más anuncios de productos para adelgazar, conocidos comenzando alguna dieta… Por eso mismo, he decidido escribir sobre un tipo de dieta que lleva varios años “de moda”, la dieta cetogénica. Dos ejemplos famosísimos de este tipo de dietas son la dieta Dukan o la de Atkins.

Una dieta cetogénica es una dieta baja en hidratos de carbono, alta en grasa y moderada en proteínas. De este modo conseguimos que nuestro cuerpo entre en un estado fisiológico conocido como cetosis.  Y es que al no consumir apenas carbohidratos, nuestro cuerpo (concretamente el hígado) transforma nuestra grasa en cuerpos cetónicos,  los cuales utilizaremos como principal fuente de energía y así ahorraremos la poca glucosa que nos quede.

DIETA CETOGÉNICA PARA LA PÉRDIDA DE PESO

Algunos expertos en nutrición utilizan este tipo de dietas para el control de peso peso ya que según ellos:

  • Se produce una mayor pérdida de peso. Conseguimos que se queme la grasa de nuestro cuerpo y reducimos el apetito ya que el poder saciante de la grasa y proteína que ingerimos es mayor que el de los carbohidratos.
  • Hay una mejora del perfil lipídico. Se ha demostrado que aumenta el colesterol bueno (HDL) y disminuyen los triglicéridos.

Hasta aquí, me parece una dieta ideal , pero a la vez me entran dos dudas:

  • Si entra un paciente a nuestra consulta y le decimos que vamos a quitarle de su dieta el pan, la pasta, el arroz, las legumbres… Es probable que la primera semana e incluso la segunda hagan caso y estén encantados porque van bajando de peso muy bien. Pero, ¿durante cuánto tiempo la seguirán cuando le hemos quitado alimentos que forman parte de la alimentación diaria en nuestra sociedad? Y, ¿cuánto tiempo tardarán en recuperar el peso inicial cuando abandonen su dieta y vuelvan a su vida normal con los alimentos cotidianos?
  • Es cierto que mejora el perfil lipídico pero no se habla del colesterol malo (LDL). De hecho, en algunas personas que siguen este tipo de dietas aumenta el colesterol total. Puede ser por un aumento del colesterol bueno, pero hay que vigilar el malo también…

DIETA CETOGÉNICA PARA DIFERENTES PATOLOGÍAS

Existen estudios que demuestran que seguir este tipo de dietas tiene un papel neuroprotector. Por eso se han recomendado en personas con epilepsia, Alzheimer, trastorno bipolar, Parkinson…

En este punto quiero dejar claro que se trata de enfermedades muy serias, que requieren medicación y una  dieta de este tipo en todo caso puede ayudar pero NUNCA tratarlas.

Además, como en general mejora el perfil lipídico, se recomiendan en personas que tienen riesgo cardiovascular, es decir, aquellas con la tensión alta, colesterol y triglicéridos elevados. También es indicada en personas con diabetes porque mejora el control de la glucosa, ya que en estas dietas el hidrato de carbono que se ingiere es el que aportan las frutas y verduras principalmente y se evitan los procedentes del pan, arroz, pasta…

DIETA CETOGÉNCA PARA EL DEPORTE

Por un lado hay quien dice que mejora el rendimiento en deportes de resistencia porque ahorra el glucógeno.

Pero por otro lado, se desaconseja este tipo de dieta ya que la base para obtener energía en deportes, sobre todo de alta intensidad, son los hidratos de carbono y si no los consumimos a la larga aparecerán  efectos secundarios como irritabilidad, pérdida de pelo, sequedad de la piel, cansancio, hipotiroidismo… 

Por eso mismo, los carbohidratos tienen que consumirse de manera paralela a la práctica de ejercicio físico.  Y es que a medida que se realiza ejercicio físico, la sensibilidad del músculo a la insulina crece y es más efectivo los hidratos de carbono que se consumen porque irán dirigido al tejido muscular más que al adiposo.

Hay que tener claro que hagamos la dieta que hagamos, siempre tiene que estar supervisada por un profesional sanitario. Por favor, no compremos el libro con la dieta de moda porque nuestra vecina del quinto se lo ha comprado y le ha ido “muy bien”, porque al final estamos poniendo en riesgo nuestra salud.

Y ya no digo nada más, que cada uno saque sus propias conclusiones…

Se acercan las Navidades, momentos de alegría para unos y temidos para otros. Aunque normalmente en casi todas las personas se dan las dos circunstancias, sobretodo si se esta haciendo dieta.

Nuestro estómago (e hígado) empiezan a temblar. Parece que se vaya a acabar el mundo y nos vemos con la necesidad de nutrir nuestros cuerpos cual cactus para la época de sequía que nos viene encima. Pero yo juraría que no, que el día 8 es un día como todos donde sale el Sol y podemos respirar y comer como cualquier otro día. Por lo tanto, que no cunda el pánico, es una época en la que se juntan varias comidas/cenas/meriendas pero no por ello es necesario tirar la toalla en el caso de que estemos haciendo dieta o pasarnos más de la cuenta porque «total ya…».

En este post, os daremos una serie de recomendaciones para sobrevivir a la Navidad y que, una vez finalizadas, continuéis viéndoos los pies.

  1. Nochebuena es la noche del 24 y Navidad el día 25. No hay ninguna necesidad de sacar los turrones hace un mes. Es más debería estar prohibido comprar turrones antes de finalizar Noviembre.
  2. Realiza 5 comidas al día. Si comes en el almuerzo y en la merienda llegarás a las comidas y cenas señaladas con menos hambre.
  3. Fuera de los días señalados realiza un menú equilibrado. No es bueno compensar dejando de cenar o comiendo solo fruta, lo ideal sería seguir con los hábitos que normalmente seguís, eligiendo siempre las opciones más sanas.
  4. Muévete! La época de Navidad es ideal para retomar el campeonato de fútbol con los amigos que nunca están o realizar alguna partidita de padel con la familia.
  5. Los dulces en el postre. Ya que sabes de sobras que en el postre va a caer la tarta de queso con mermelada de arándanos de tu tía, aprovecha los almuerzos y la merienda para comer fruta.
  6. Ponte la ración en el plato. En el momento de las comidas en cuestión ponte tu ración en el plato, no picotees. De esta manera eres más consciente de lo que comes, en cambio si vas picoteando de los platos que se encuentran en el medio de la mesa, no re das cuenta de la cantidad que estás comiendo.
  7. Compra la comida que necesites. No te preocupes, no te vendrán a comer a casa por sorpresa todos los vecinos, por lo que piensa realmente que vas a necesitar y obvia el «por si acaso».
  8. Modera el alcohol. Una copa de vino te aporta aproximadamente 120 kilocalorías, una caña aproximadamente 140 kilocalorías y un cubata unos 240 kilocalorías. No voy a decir más…

Viñeta de Quino

Sin saber como ya estamos entrando en el mes de octubre. El verano ya ha quedado atrás y se supone que ya nos hemos puesto a dieta y  nos hemos apuntado al gimnasio para bajar esos kilitos de más que hemos ganado con tanta cervecita y helado. Se supone que vamos cumpliendo poco a poco los objetivos propuestos al comenzar este mes. Se supone.

Por eso, se me ha ocurrido escribir sobre las dietas milagro. Porque hoy en día estamos rodeados de este tipo de dietas, son de fácil acceso para cualquier persona y me parece importante informar sobre éstas antes de que cualquiera decida seguirlas. Unas son más famosas que otras pero al fin y al cabo todas buscan el mismo fin, adelgazar de manera rápida y que no suponga demasiado esfuerzo.

Para dejarlo más claro y que no haya dudas sobre qué tipo de dietas me refiero, todas tienen estas caracterísiticas en común:

  • Prometen “resultados rápidos” y “mágicos” (cura milagrosa, ingrediente secreto, antiguo remedio…)
  • Prohiben el consumo de un alimento o grupo de alimentos
  • Contienen listas de alimentos “buenos” y “malos”
  • Exageran la realidad científica de un nutriente
  • Aconsejan productos dietéticos a los que se les atribuye propiedades extraordinarias
  • Incluyen relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad
  • Contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación reconocida.

Sobre todo nos atrae, y mucho, eso de adelgazar de manera rápida, ya que en nuestra sociedad carecemos de una “cosa” llamada PACIENCIA. Hace poco leí en el libro “No más dieta” de Julio Basulto y María José Mateo una comparativa entre una dieta fraudulenta y una dieta saludable. En el se hacía referencia a que una dieta fraudulenta es eficaz a corto plazo,  es decir, bajaremos de peso rápidamente pero perdiendo solamente agua y músculo. De ahí viene que  el peso se recupere fácilmente y se produzca el  famosos efecto “yoyo”. En cambio, en una dieta saludable hay que tener paciencia (sí… otra vez la palabrita…) ya que sus efectos son a medio-largo plazo, pero contribuyen a prevenir enfermedades crónicas y por lo tanto se considera uno de los pilares de nuestra salud.

Pero da igual que una dieta saludable sea a largo plazo mejor para nuestra salud, nosotros nos quedamos con lo estúpendo de esa dieta que nos va hacer adelgazar muchos kilos en poco tiempo y dejamos de lado riesgos tan importantes como:

  • Inducen cambios en el metabolismo energético que producen estados de “resistencia” a la pérdida de peso.
  • Originan situaciones de desnutrición o déficit de diferentes tipos de micronutrientes (como por ejemplo, las vitaminas)
  • Empeoran el riesgo cardiovasacular de los pacientes.
  • Favorecen el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria.
  • Transmiten conceptos erróneos sobre la obesidad y su tratamiento.
  • Fomentan el sentimiento de frustración afectando negativamente al estado psicológico del paciente con obesidad.
  • Retrasan el inicio del tratamiento adecuado aumentando el riesgo de morbimortalidad
  • Producen gastos económicos innecesarios en productos que no producen los efectos declarados.
  • Pueden aparecer diversos síntomas asociados, como caída de cabello, debilidad en uñas, mareos…

Ahora sí,  espero que no os queden ganas de hacer una dieta de este tipo y que cada vez que veaís un anuncio sobre alguna de éstas,  no hagaís ni caso… ¡Qué son anuncios! Quieren llamar nuestra atención con afirmaciones maravillosas y por supuesto no nos van a decir los efectos secundarios que éstas conllevan. Todas buscan beneficios económicos más que la promoción de una alimentación sana y equilibrada.

No quiero terminar sin mencionar una frase de Abel Mariné (catedrático de nutrición) que sirve como resumen de lo que he querido transmitir con este post: “ De estas dietas cabe afirmar que tienen cosas buenas y originales, pero las buenas no son originales y las originales no son buenas”.

 

Bibliografía:

  • ¿Cómo identificar un producto, un método o una dieta “milagro”? Grupo de Revisión, Estuio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas. (Para acceder aquí
  • Estratégia Naos. Dieta Dukan. (Para acceder aquí)
  • “No más dieta” de Julio Basulto y María José Mateo.
  • “Comer y correr” de Julio Basulto y Juanjo Cáceres.

Siguiendo con la línea de este post, hoy ponemos a examen los productos light. Es otro de los productos top ten que se encuentran en los carritos de la compra de los valientes que han decidido hacer dieta. Nos encontramos ante la misma situación que nos encontrábamos con los productos dietéticos, ¿libertad absoluta para tomar la cantidad que queramos de los productos light? . En el post de comparamos un producto light con su homólogo normal. Ya veremos que pasa…

Carli mostrando los productos a examen

En la foto, los productos en cuestión. Un corte de queso tierno con su composición habitual y un corte de queso tierno tipo light. 

Realizamos el análisis de 100 gramos de cada uno.

Análisis nutricional queso100 gramos de queso tierno contiene de energía 385 kilocalorías y 34,5 gramos de grasa ( la mantequilla simula la grasa equivalente del producto).

 

 

 

Análisis queso tierno tipo light

100 gramos de queso tierno tipo light contiene 308,7 kilocalorías y 20,3 gramos de grasas.

Según el Reglamento 1294/2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables (que puedes consultar aquí), un producto light se define como: «aquel alimento al que se ha reducido de uno o más nutrientes como mínimo en un 30% en comparación con su producto de referencia».

 

Como podemos observar el queso tierno tipo light cumple con el reglamento porque tiene alrededor de un 35% menos de grasa que el queso tierno normal. El caso es que al compararlo por 100 gramos la diferencia entre uno y el otro en cuanto a grasa puede ser considerable, pero la ración de queso recomendable no son 100 gramos, son de 30 gramos.

Comparación de ambos quesosAl comparar ambos quesos en una ración de 30 gramos vemos que las diferencias ya no son tan grandes.

La conclusión que sacamos es que como pasaba en los productos dietéticos hay que conocer bien que quiere decir light y no hacer abuso de estos productos ya que sólo tienen un 30 % menos del nutriente en cuestión que el producto original.  También podemos ver que para raciones pequeñas la diferencia entre uno y otro es bastante despreciable por lo que hay que valorar si vale la pena comprar el tipo light, que suele ser más caro y tener un sabor diferente, en vez de el normal.

Espero que este post os haya servido de ayuda! Si queréis que analicemos otro tipo de productos no dudéis en escribirnos.

Cartel de propaganda de guerra creado por J. Howard Miller.  Wikipedia

Cartel de propaganda de guerra creado por J. Howard Miller.
Wikipedia

Durante un año natural, los 365 días, empiezas el año dos veces, el día 1 de Enero y el día 1 de Septiembre. Desde pequeños, con la vuelta al cole, la vuelta de vacaciones y las galas de televisión de las grandes cadenas donde nos presentaban lo nuevo de la temporada, parece que el año nos da una nueva oportunidad. Una nueva oportunidad para desempolvar los propósitos de año nuevo, hacer balance de los que hemos conseguido y los que no, darnos cuenta de que el balance es bastante negativo y ponernos a ello otra vez. No pasa nada, tenemos otra oportunidad, 4 meses donde las cosas pueden cambiar. Son las cosas que tiene Septiembre.

Nos acompaña el positivismo y la motivación, esta vez sí. Como no, los clásicos estrella de todos los propósitos son ir al gimnasio (con asiduidad) y hacer dieta, seguidos normalmente de dejar de fumar y dejar de morderse las uñas.

Pues sí, realmente es un buen mes para empezar a cambiar ciertos hábitos y convertirlos en saludables. Aunque cuidado, podemos caer en lo que mi madre suele llamar “arrancada de caballo y parada de burro”. Apuntarse el primer día de mes al gimnasio; llenar el carro de la compra de verduras y de guindillas (por eso de frotártelas en las uñas para no mordértelas) y tirar el paquete de tabaco en la basura desemboca normalmente a un fracaso absoluto.

Ya que tenemos en la vuelta de la esquina el mes de Septiembre aquí van una serie de ideas para que tu mes no se convierta en una crónica de una muerte anunciada.

Prioriza tus prioridades, valga la redundancia. Coge tu lista de buenos propósitos de año nuevo. Tacha los que conseguiste y céntrate en los que quieres conseguir antes de que acabe el año. ¿Cuál es el que realmente quieres conseguir? ¿Te ves capaz de conseguirlo? Ordena de más importante a menos teniendo en cuenta que sea realista. En esta lista, gimnasio y dieta casan a la perfección pero ser bombero en 4 meses es bastante poco realista.

Se realista. Si nunca has pisado un gimnasio y el último chandal que te compraste fue en el 2000, plantéate el hecho de que te va a costar. Piensa en los deportes que te gusten (o al menos te gustaban en aquella época) y empieza por estos. Si te quieres apuntar a la moda del running, empieza caminando a paso ligero y corriendo los últimos 5 minutos, poco a poco te irás encontrando mejor y podrás ir aumentando los minutos que vas corriendo.

El todo o nada no vale. El calor continua y la gente seguirá llenando las terrazas y, con ello, las mesas llenas de cervezas y cacahuetes para acompañar. Por lo que cuando te sientes en la mesa y no te puedas morder las uñas de los nervios (dichosa guindilla!), al final acabarás tomando un refresco o similar. Y no pasa nada! No dejes de lado tu objetivo a la primera de cambio. Cuando te caes te levantas, ¿no? Pues con esto pasa exactamente lo mismo.

Poco a poco y con buena letra. Más vale un paso sólido que diez inestables. Divide tu objetivo en unos cuantos más pequeños y ves alcanzándolos uno detrás de otro. De esta manera te va a ser más fácil y los cambios que produzcas serán más duraderos.

Espero que con estos pequeños consejos te sea más fácil de llevar, las cosas que tiene Septiembre.

Ensalada de frutas

Muchas veces,en verano, te encuentras con la situación de que no sabes que cocinar. Te apetece  algo fresquito y rápido para no perder tiempo de sol y playa. Hoy os traemos 6 ensaladas para salir del paso. Algunas, con un poco de pan de acompañamiento, nos pueden servir como plato único y las otras como un buen primer plato.

ENSALADA GRIEGA

  • Tomates maduros
  • Cebolla roja
  • Pepino
  • Pimiento verde
  • Queso fresco 0%
  • Aceite de oliva y sal
  • Pimienta negra

Corta los tomates en cuadrados, las cebollas en finas láminas, el pimiento en tiritas y el pepino en rodajas. Mézclalo todo en una fuente junto con el queso 0% en dados. Salpimentar y rociar con aceite de oliva. Espolvorea con un poco de orégano.

ENSALADA DE CANÓNIGOS

  • Ajetes tiernos
  • Canónigos
  • Queso 0%
  • Cebolletas
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Vinagre

Limpia los canónigos y coloca la mitad de ellos en una bandeja. Añadir la mitad de los ajetes laminados muy finamente junto con la mitad de cebolleta también laminada. Corta los tomates en cuadrados y añadelos repartiéndolos en los extremos de la bandeja. Reparte el resto de los canónigos, ajetes, cebolleta y los trozos de queso fresco 0%. Añade la sal, el aceite de oliva y el vinagre.

ENSALADA DE ENDIVIAS

  • Endivias
  • Tomates
  • Cebolletas
  • Aceite de oliva, sal y vinagre de Módena
  • Agua
  • Pimienta negra
  • Orégano
  • Perejil
  • Ajo molido

Lava las endivias, escúrrelas, trocéalas y ponlas en un bol.

Para realizar la vinagreta, ralla los tomates y pica las cebolletas. En un recipiente con tapa pon los tomates rallados y las cebolletas picadas junto con el vinagre, el aceite de oliva, un chorrito de agua, sal, pimienta, perejil, orégano y ajo molido. Tápalo y mézclalo bien hasta emulsionar y servir sobre las endivias.

ENSALADAS DE ESPINACAS

  • Espinacas frescas
  • Tomates
  • Cebolla
  • Aceite oliva, sal, vinagre de Módena
  • Pimienta

Limpia y seca las hojas de espinaca y ponlas en el fondo del plato. Corta en rodajas el tomate y la cebollas y colócalas encima de las espinacas. Alíñalo.

ENSALADA DE GULAS Y PALITOS DE CANGREJO

  • Lechugas variadas
  • Tomate
  • Gulas
  • Palitos de cangrejo
  • Diente de ajo
  • Aceite oliva y sal

Calienta las gulas en una sartén con un poquito de aceite. Cuando estén casi listas añade el diente de ajo troceado, remueve y reserva. Lava y corta las lechugas y colócalas en una ensaladera. Lava y corta el tomate, añádelo a la ensaladera junto los palitos de cangrejo troceados. Añade las gulas. Alíñalo al gusto.

ENSALADA TUTTIFRUTI

  • Lechugas variadas
  • Fresas
  • Manzana
  • Uvas negras
  • Mezclum de frutos secos

Limpia las lechugas variadas. Limpia las frutas y trocea las fresas y la manzana. Coloca las lechugas en una fuente. Coloca las frutas encima de las lechugas y el mezclum de frutos secos por encima. Alíñalo al gusto.

 

Esta mañana te has levantado de la cama, te has mirado en el espejo y se te han puesto los pelos de punta de lo que has visto. Piensas: «Esto se me ha ido de las manos, me pongo a dieta pero ya». Decides bajar al supermercado convencida de llenar la nevera de verde y la despensa de cosas super sanísimas. Paseando por el pasillo del supermercado, das con la esquina de los productos Dietéticos. Bueno, bueno, bueno.. Ya estas salvada. Productos diet, sin azúcar, sin grasas con los que podrás calmar tus ansiedades cuando la dieta se te haga cuesta arriba.

Cajas de galletas sometidas a la comparación¿Es esto realmente así? ¿Puedes comer estas galletas con total libertad porque son productos dietéticos? ¿Tienen menos calorías que unas galletas normales?

Averigüémoslo…

Para ello, nos hemos ido a la tienda de alimentación de la esquina a comprar unas galletas tipo “Maria” normales y unas tipo «Maria» sin azúcares.

La idea es comparar las cantidades de energía, grasas y azúcar que tenían las galletas.

Pesamos 100 gramos de galletas normales y 100 gramos de las dietéticas. La primera comparación sale bastante parecida. El resultado es: 100 gramos de las normales son 16 galletas y 100 gramos de las dietéticas resultaron 15,5 galletas.

El resultado del análisis de las galletas «María» normales es el siguiente:

Analisis nutricional galletas normalesRealmente si no tenemos la comparación con las otras no podemos sacar muchas conclusiones. Así que el análisis nutricional de las Galletas sin azúcar es la siguiente:

Análisis nutricional galletas sin azúcarDe esta manera sí que podemos observar las diferencias entre una y la otra.

  • Lo primero que nos llama la atención es, efectivamente, el azúcar. La cantidad de azúcar es muy diferente, 25,6 gramos de azúcar por 100 gramos de las normales frente a 1,3 gramos de azúcar por 100 gramos de las dietéticas. 
  • En cambio, la grasa de 100 gramos de las galletas normales es de 10,4 gramos mientras que la grasa de 100 gramos de galletas sin azúcar es de 16,1 gramos. Por lo que la cantidad de grasa es superior en las dietéticas.
  • Finalmente, comparando las calorías observamos que en el cómputo final, las galletas normales tienen menos kcal con las galletas dietéticas.

Comparación nutricional

Después de observar estas fotos y las comparaciones, ¿que conclusiones sacáis? Las mias son las siguientes:

  • El término producto dietético no quiere decir que sea más bajo en calorías. El término producto dietético según la AEDN en este  documento (donde habla también de marcos legales) se refiere a «aquellos productos que, por su composición o por el particular proceso de su fabricación :
    •  Se distinguen claramente de los productos alimenticios de consumo corriente
    • Son apropiados para el objetivo nutritivo señalado
    • Se comercializan indicando que responden a este objetivo «

En el embalaje de estas galletas pone claramente Sin azúcares añadidos, y efectivamente, no lleva azúcares añadidos, no pone nada que sea más bajo en kilocalorías ni que sea el producto ideal para hacer dieta.

  • Puede escandalizarte un poco las imágenes de las bolsitas de azúcar. El tema del azúcar merece un post aparte pero vamos a resumir lo esencial. La recomendación de la OMS (que podéis ver aquí) es que el azúcar no puede superar el 10% de la ingesta calórica diaria total. Para un adulto sano con un índice de masa corporal total, esto se traduce a menos de 50 gramos de azúcar al día.

Observamos que las 16 galletas normales llevan 25 gramos, la mitad, pero es que tampoco es normal comerse 16 galletas al día. Lo ideal es comer entre 6-8 galletas al desayuno por lo que la cantidad de azúcar no es tanta. Además en una sola coca-cola hay 35 gramos de azúcar, por lo que es bastante más escalofriante la cantidad que lleva una coca cola que no la cantidad que llevan 6-8 galletas.

  • Si comparamos por 6-8 galletas, las diferencias entre una y otra no son muy grandes. Por lo que las dos pueden ser válidas, siempre que se tomen una cantidad moderada.

Como conclusión, y contestando a las preguntas que nos hacíamos al principio… NO! Que sean galletas dietéticas no significa que sean lo ideal para calmar nuestras ansiedades y tengamos total libertad en la cantidad. Cuando tengas ansiedad por la comida mejor bebe un vaso de agua y cuenta hasta 10 o sal a correr. Mucho más eficaz.

Y por último no, no tienen menos calorías que unas galletas normales, pero tampoco mucho más, comparándo una ración de 6-8 galletas la diferencia no es significativa.

¿ Que opináis? Espero que os haya gustado este post. Si os gustaría que escribieramos sobre algún tema en concreto o sobre alguna duda que siempre hayais tenido en cuanto a la alimentación, escribenos un comentario y lo haremos encantados.

Si te ha gustado este post, seguro que te gusta este.

foto-1

Ha llegado el verano y con el la hora de ponerse el bañador y lucir “palmito”. Mucha gente, sobre todo,  público femenino, anda como loca comprando todo tipo de productos, apuntándose a gimnasios,  haciendo dietas… Por eso hoy voy a abarcar un tema que trae más de un quebradero de cabeza a muchas mujeres, la celulitis.

La celulitis aparece en la Real Academia Española (RAE) coloquialmente definida como la acumulación de grasa subcutánea en diferentes partes del cuerpo. Afecta entre el 85 y 98 % de las mujeres y predomina en glúteos y cadera.

Si buscamos en internet encontraremos cantidad de información sobre la temida “piel de naranja”, pero en verdad son pocos los estudios científicos que la han estudiado. La predisposición genética, la raza y el sexo (las hormonas sexuales femeninas) tienen un papel importante en el desarrollo de la celulitis. Ante esto no podemos hacer nada. Pero hay otros que la agravan y sobre los que sí podemos actuar:

  1. VIDA SEDENTARIA
  2. No hacer ejercicio nos llevará a tener más grasa, menos masa muscular y además aumentará la flacidez de los músculos. Todo esto hace que el bombeo de la sangre de las extremidades inferiores sean menos eficientes y esto contribuirá a agravar la celulitis.
  3. Para quemar grasa, lo más eficaz es el ejercicio aeróbico, es decir, andar de manera ligera, correr a un ritmo suave, pedalear en la bici sin mucha intensidad… La mejor señal (sin utilizar pulsómetro claro) para saber que estamos haciendo un trabajo aeróbico es notar que no nos falta el aire y que en todo momento podemos respirar bien.
  4. DIETAS RICAS EN GRASAS E HIDRATOS DE CARBONO: No quiero decir que haya que eliminar de la dieta de manera drástica la grasa y los carbohidratos. Sino más bien, llevar una alimentación saludable, en el que comamos de todo sin abusar de ambos grupos. Hay que evitar alimentos como snacks,  bollería industrial, bebidas azucaradas, comida rápida, frituras… Es decir, todos esos alimentos que son fáciles y rápidos de adquirir en un momento en el que nos entre hambre, pero que son también perjudiciales para nuestra salud (incluida nuestra “querida” celulitis).
  5. Por otro lado, he de aclarar que no hay ninguna evidencia científica de que la obesidad cause este problema. De hecho, hay personas que están delgadas y la presentan. Pero también es cierto que la obesidad la agrava y cuando se consigue perder peso, la “piel de naranja” se reduce.
  6. ESTRÉS, ALCOHOL Y TABACO: Sabemos que son dañinos en muchos sentidos para nuestra salud, así que lo mejor son evitarlos.
  7. ROPA AJUSTADA Y ZAPATOS DE TACÓN: La ropa ajustada y llevar muy a menudo zapatos de tacón limita el correcto flujo de sangre, por lo que, las grasas se queman más lentamente y tienden a acumularse.

Sí, sé lo que estáis pensando… la celulitis es un “coñazo” y no hay ningún alimento “anticelulítico” específico que nos ayude a eliminarla. Es muy difícil conseguir que desaparezca por completo, pero una alimentación ordenada, equilibrada y saludable junto la realización de actividad diaria nos ayudará a ello.

 

Bibliografía:

http://lema.rae.es/drae/?val=celulitis

http://aedv.es/sites/default/files/notas-prensa/documentos/celulitis_lo_ultimo.pdf

http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/alimentos_a_debate/2014/06/16/220079.php

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16020201