Cada vez es más frecuente escuchar hablar sobre enfermedades digestivas…
Hoy me gustaría hablaros del sistema digestivo y la gran variedad de enfermedades que pueden relacionarse con este.
El sistema digestivo es el conjunto de órganos, sistemas y tejidos que transportan, descomponen y absorben la comida en sustancias más pequeñas (nutrientes) para que nuestro organismo pueda utilizarlas para la correcta función del cuerpo.
¿Qué forma nuestro sistema digestivo?
El sistema digestivo empieza en la cavidad oral! Nos sirve como punto de entrada del alimento y allí es donde empieza la digestión. Los síntomas o problemas en la cavidad bucal (aftas, sequedad, sabor metálico, etc.) pueden ser una señal de alerta. El alimento sigue por el sistema digestivo hasta estar digerido y absorbido para, posteriormente desechar por el ano la parte que no hemos digerido. Los residuos posteriores a la digestión también nos pueden servir como indicador de distintas enfermedades digestivas.
Las patologías digestivas son afecciones en la motilidad, digestión, secreción i/o absorción de los nutrientes en cualquier parte del sistema digestivo, por tanto pueden afectarnos desde la boca hasta el ano.
Cada vez son más las personas que sufren patologías digestivas, de hecho durante los últimos años este tipo de patologías han incrementado su incidencia debido a que algunas se desconocían o no se diagnosticaban. Esto es debido a que las patologías digestivas son muy distintas; las podemos diferenciar a grandes rasgos en: patologías digestivas altas y bajas.
Las patologías digestivas altas son aquellas que afectan a la boca, el esófago, el hígado, la vesícula biliar y el estómago. Mientras que las patologías digestivas bajas afectarían al páncreas, el intestino delgado, el intestino grueso, el apéndice y el recto.
Hoy en día, un gran porcentaje de la población confunde los conceptos de alergia alimentaria e intolerancia alimentaria. Por ejemplo, es común confundir la intolerancia a la lactosa y alergia a la lactosa (cuando esta ni siquiera existe). Es un problema porque la gente al final no sabe bien qué es lo que puede comer, y qué no.
Muchas personas aseguran tener alergia a un cierto alimento cuando en realidad padecen alguna intolerancia o simplemente una aversión a ese alimento. Algunos estudios realizados por la agencia alimentaria británica demuestran que entre un 20-30% de la población creen ser alérgicos, cuando en realidad solo lo sería el 1-2%.
En el artículo de hoy hablaremos sobre las diferencias más comunes entre las alergias y las intolerancias.
Tanto la alergia como la intolerancia son reacciones adversas a los alimentos. Dentro de estas reacciones adversas tendríamos las reacciones adversas tóxicas (causadas por toxinas) y las reacciones adversas no tóxicas (dentro de esta encontraríamos la alergia y la intolerancia). Ahora bien, ¿qué es lo que nos diferencia una de otra?
La alergia es una reacción adversa no tóxica, mediada por mecanismos inmunológicos, específicamente mediado habitualmente por Inmunoglobulinas E (IgE) y que produce una respuesta exagerada del organismo frente a un componente alimentario, que normalmente suelen ser las proteínas de ese alimento. Por lo tanto, cualquier alimento que contenga proteínas puede provocar una alergia. Las más habituales son las siguientes:
Alergia a la leche: Causada por la caseína, lactoglobulina y la lacto albúmina.
Alergia al huevo: Por ovoalbúmina y el ovomucoide, presentes en la clara.
Alergia al pescado: Causada por las proteínas musculares del pescado.
Alergia a legumbres: Las más frecuentes son a las lentejas y soja. Hay que tener cuidado porque en la industria alimentaria se usan gomas de leguminosas como espesantes, como por ejemplo la goma guar o el garrofín.
Alergia a cereales: Hay muchas proteínas en los cereales con poder alergénico como el gluten de trigo y las que protegen al grano de ataques de bacterias y hongos.
Alergia a los frutos secos: Cacahuetes y almendras pueden provocar un shock anafiláctico con más riesgo que otros alimentos. Aunque de forma leve pueden provocar otras manifestaciones como la inflamación de labios y lengua.
En cambio, la intolerancia es una reacción adversa no tóxica, pero que no está mediada por mecanismos inmunológicos (generalmente suelen ser en su mayoría mecanismos enzimáticos, aunque existen otros tipos). En este caso, el cuerpo no digiere correctamente determinados alimentos por el déficit de determinados enzimas que se encargan de metabolizar el alimento. Por ejemplo, la intolerancia a la lactosa se produce por falta de la enzima lactasa que ayuda a metabolizar el azúcar de la leche (la lactosa).
¿Son iguales las reacciones y los síntomas que produce una alergia y una intolerancia? La mayoría de las veces se suele confundir una con otra, pero, sin embargo, las reacciones de una y otra son muy diferentes.
La alergia se trata de un mecanismo inmunológico, por lo que la respuesta del organismo suele ser inmediata y sus síntomas varían en función de la cantidad de alimento consumido, de las características de cada alimento y también según la predisposición individual a padecer la alergia. Así pues, según estas características los síntomas suelen ser leves o graves (siendo el más grave el shock anafiláctico). En el caso de la alergia los síntomas que encontraríamos no son solo digestivos (malestar abdominal, hinchazón abdominal, náuseas, vómitos, diarreas, etc) sino que también se sumarían los síntomas cutáneos (urticaria, rojeces, etc) y síntomas respiratorios.
En cambio, en la intolerancia alimentaria los síntomas suelen tardar más tiempo en aparecer. A diferencia de la alergia, la intolerancia suele tener síntomas solamente relacionados con el tubo digestivo (vómitos, náuseas, hinchazón, diarreas, vómitos, etc) y no se ven afectados ni el aparato respiratorio ni la piel.
También cabe remarcar, que la predisposición a padecer una alergia se puede heredar (no la alergia en sí, solo la predisposición). En cambio, la intolerancia aparece mayoritariamente cuando se producen alteraciones enzimáticas (que también se pueden heredar), pero lo más común es que se adquieran con la edad.
¿Cómo se detectan las alergias y las intolerancias alimentarias?
Una anamnesis (historia dietética e historia clínica) sería la primera opción para ambas.
En una alergia se suelen realizar pruebas cutáneas denominadas “prick test” con extractos comerciales de alimentos sobre la piel. Si este es negativo o no existe el extracto comercial se realiza una prueba cutánea con el propio alimento. La última opción es la provocación oral (tomar el alimento de forma controlada por un especialista).
En el caso de la intolerancia, se suelen producir los síntomas digestivos siempre que se toma un alimento o un mismo grupo de alimentos. Posteriormente se podrían realizar pruebas específicas para cada alimento si fuera necesario.
Otra de las diferencias entre una y otra es que, en el caso de la alergia, una pequeña cantidad del alimento sería suficiente para desencadenar la reacción alérgica. En cambio, en la intolerancia, la mayoría de veces la cantidad de alimento consumido suele ser mayor y se pueden consumir pequeñas cantidades de alimento sin tener ningún síntoma o efecto.
¿Existe diferencia en cuanto a niños y adultos en la alergia y la intolerancia?
Si bien es cierto, muchas intolerancias suelen aparecer con la edad. Sin embargo, en el caso de las alergias es mayor en los niños, que suelen presentar alergia a alimentos como el huevo, leche, pescado, frutos secos y algunas frutas o verduras. En cambio, los adultos suelen presentar alergia al pescado, a las frutas y a las verduras.
Esperamos que os haya ayudado a saber diferenciar las alergias de las intolerancias alimentarias. A modo resumen hemos preparado una tabla con los conceptos más importantes.
ALERGIA
INTOLERANCIA
Afecta al sistema inmunológico (mediado por IgE)
Afecta al metabolismo (sobre todo déficit enzimático)
La reacción puede producirse si se consumen pequeñas cantidades del alimento
Se suele tolerar cierta cantidad del alimento
La sintomatología puede ser severa si afecta al aparato respiratorio
La sintomatología es leve o moderada (digestiva)
Los síntomas son inmediatos (entre 1-2h)
Los síntomas tardan más en aparecer (varias horas o días)
Una de las confusiones más típicas nos la encontramos con la leche de vaca. En este caso podemos encontrar personas que padecen alergia la proteína de vaca y otras con intolerancia a la lactosa. En la siguiente imagen os mostramos las características principales de cada una.
Si tienes dudas más específicas sobre este tema déjanos un comentario 🙂
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