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Word cloud concept illustration of diabetes condition
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La diabetes hoy en día es uno de los principales problemas sanitarios a escala mundial. Probablemente, todos habréis oído hablar  alguna vez sobre esta enfermedad pero seguramente no todos la conocéis. Por este motivo, en el siguiente artículo haremos un breve resumen sobre la enfermedad.

La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por un déficit absoluto o relativo de insulina (hormona que hace que las células del hígado, músculos, etc. cojan la glucosa en sangre (azúcar) y lo almacenan para que más tarde sea utilizado como energía). Cuando la producción de insulina falla, aumenta la glucosa en sangre y a la larga puede desencadenar otras alteraciones o enfermedades crónicas relacionadas.

Por otro lado, podemos encontrar dos tipos principales de diabetes:

La Diabetes Mellitus tipo 1, caracterizada por un déficit total de insulina, es decir, el propio cuerpo (el páncreas) no fabrica nada de insulina. Por lo tanto, la base del tratamiento de este tipo de diabetes es la administración  directa de insulina juntamente con la dieta y cambios en el estilo de vida.

Este tipo de diabetes se suele presentar durante la infancia y/o la adolescencia y se caracteriza por una pérdida de peso de los pacientes.

La Diabetes Mellitus tipo 2, caracterizada por un déficit parcial de insulina, es decir, el páncreas del paciente que la sufre no fabrica suficiente. En este caso, la base del tratamiento es la dieta, juntamente con ejercicio físico y cambios en el estilo de vida.

Esta, a diferencia de la Diabetes Mellitus tipo 1, se suele presentar a lo largo de la vida adulta (>30 años) y los pacientes suelen sufrir obesidad y/o sobrepeso.

A parte de estos dos tipos principales también hay la Diabetes Gestacional, en la cual se engloba cualquier tipo de diabetes diagnosticada durante el embarazo.

Una vez explicada la enfermedad citaremos una serie de recomendaciones generales para aquellos pacientes que la sufren:

– Seguir una dieta equilibrada y controlar los factores de riesgo (hipertensión arterial, riesgo cardiovascular, colesterol, etc.)

Perdida moderada de peso (en pacientes con sobrepeso y/o obesidad)

– Práctica de ejercicio físico moderado con regularidad (30 minutos/día)

Dejar de fumar

– Realizar al menos 5 comidas al día (para no quedarnos mucho rato en ayunas y no aumentar la glucemia plasmática)

A continuación, para poder cumplir las recomendaciones generales y sobretodo evitar los factores de riesgo, citaremos una serie de recomendaciones nutricionales:

– Augmentar el consumo de frutas y verduras

– Consumir alimentos ricos en fibra: frutas y verduras, frutos secos, legumbres, productos integrales, etc.

– Consumo moderado de productos cárnicos, preferiblemente consumir pescado (incluido el pescado azul)

Disminuir el consumo de grasas saturadas y azúcares simples (chocolates, bollería, pastelería, etc.)

– Consumir aceite de oliva como fuente principal de grasas

– Consumo bajo de vino (preferiblemente en las comidas principales)

Condimentación: moderación de la sal y condimentos grasos, uso de edulcorantes no nutritivos (sacarina, etc.) y uso de aceites vegetales

Técnicas culinarias: están todas permitidas pero sin sobrepasar la cantidad de grasa. Técnicas más recomendadas: cocción al vapor, horno, papillote, plancha, brasa o parrilla.

Si buscas información más detallada sobre la alimentación en la diabetes, pincha aquí

BIBLIOGRAFÍA:

Carbajal, A., Martínez, C. Manual práctico de nutrición y salud. Alimentación para la prevención y el manejo de enfermedades prevalentes. Kellogg España S.L.: Madrid; ISBN: 978-84-92848-35-5

Muñoz, M.,Aranceta,J. Nutrición aplicada y dietoterapia. Mayo 1999. Ediciones Universidad de Navarra SA. ISBN: 84-313-1686-1

Sacarina y edulcorante

La semana pasada saltó la alarma. Ríos de tinta se vertieron sobre la temida sacarina, ese gran enemigo de la humanidad, ahora acusado de favorecer la diabetes. Ha sido tal el revuelo que desde Nutriestudio queremos poner un poco de calma en el asunto.

El artículo  dice lo siguiente: “ La sacarina y otros edulcorantes artificiales modifican la flora intestinal de un modo que facilita el aumento de peso, dificulta el control del nivel de azúcar en la sangre y aumenta el riesgo de diabetes tipo 2”. No habla de parece tener influencia, ni de la posibilidad, ni que podría, no, lo afirma contundentemente: La sacarina favorece la diabetes (literalmente en el título). Francamente un título impactante que hará que algunos se interesen por el artículo, pero que otros se queden con eso, que la sacarina favorece la diabetes sin animo de contrastarlo con otras informaciones.

La noticia, cuanto menos sorprendente, surge de un artículo publicado en la revista Nature (de muy alto prestigio, todo hay que decirlo) por un grupo de investigación del Instituto Weizmann de Rehovot (Israel). Los investigadores se preguntaron sobre la influencia que podrían tener los edulcorantes en la flora intestinal, ya que los alimentos influyen en esta y esta en la salud de la personas.

Para saber más sobre el tema, buscamos el artículo original, pero del cual solo pudimos acceder al resumen ya que la descarga del artículo original cuesta 30$. Estos precios no favorecen para nada que la gente pueda aprender o contrastar la información con la fuente 1º y al final, te tienes que fiar de lo que te cuentan fuentes 3º, como en este caso. Cuando pasan estas cosas hay que aplicar el sentido común para  saber hasta que punto hay que hacer caso o no una noticia. 

De los experimentos que se realizaron en ratones, solo diré eso, que eran ratones y que por mucho que los resultados salieran significativos no se pueden extrapolar a personas.

Centrémonos en los que se hicieron en personas. Por un lado realizaron una encuesta nutricional a 380 personas. La conclusión a la que llegaron fue que cuanta más sacarina se tomaba, mayor era el peso de las personas y el nivel de azúcar en sangre. ¿Causalidad o casualidad?,¿No podría ser igual de válido, que las personas con más peso toman sacarina para intentar perderlo? O una incluso más lógica, ¿ No puede ser que tengan más azúcar en sangre las personas que más peso tienen? En este caso, el tema de la sacarina sería más bien casualidad. Por lo que a mi respecta la conclusión de la encuesta no representa causa-efecto, siendo la causa la sacarina.

Por otro lado, se realizó un estudio con siete personas sanas que no eran consumidores habituales de edulcorantes artificiales. Lo primero a comentar es la muestra para el estudio, es una muestra tan pequeña que no puede ser ni de lejos representativa de la población. Estas siete personas estuvieron tomando 360 miligramos diarios de sacarina durante una semana.

Para que os hagáis una idea, he hecho fotos de cuanto es 360 miligramos de sacarina.

Una pastilla de sacarina18 pastillas de sacarina

 

 

 

 

 

 

 

 

Para consumir 360 miligramos de sacarina tendrías que consumir alrededor de 20 pastillas de sacarina al día. Cabe destacar que la sacarina puede llegar a ser de 200 a 700 veces más dulce que el azúcar por lo que, por mucho que la Agencia de Alimentos y Fármacos de EE.UU  (ADA) considere una dosis aceptable es una dosis muy exagerada que dista mucho de la realidad. Aunque los resultados hayan sido favorables para el estudio (en 4 personas la flora bacteriana se vio alterada y en 3 personas no hubo ningún efecto) no es representativa de la población en general, una por la poca muestra del estudio (7 personas) y otra porque no se puede considerar una dosis muy realista 360 mg de sacarina. No se si alguno de vosotros ha experimentado que pasa cuando una persona se excede consumiendo alimentos edulcorados. Normalmente se aumenta la frecuencia de visitas al baño y no de manera agradable, por lo que me imagino que estas siete personas se debieron pasar una semana movidita.

Cómo pequeño inciso, como por casualidad, en el artículo aparece nombrada la Stevia y aprovechan para comentar  que es un edulcorante de origen natural mientras que los tres edulcorantes del estudio son artificiales. (Si quieres más información sobre este tema pincha aquí). Que casualidad oye.

Dicho todo esto, me gustaría recalcar el hecho de aplicar el sentido común con este tipo de noticias porque el modo de explicar la historia de una manera tan sensacionalista tiende a confundir y a distanciarse de la realidad. Lo único que esta claro en esta historia es que no hay una base estable para cambiar las recomendaciones dietéticas en cuanto a los edulcorantes. Espero que os hayamos podido aclarar un poco vuestras dudas acerca de este tema.

Si encontráis alguna noticia de este tipo que queráis contrastar o si os gustaría que habláramos de algún tema de moda contacta con Nutriestudio, estaremos encantados de escribir sobre el tema en cuestión.