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Inicio / Archivo de María Artazcoz Regueras

Quedan pocos meses para que llegue el verano y ahora estamos en esa época en la que vamos viendo a más personas en el gimnasio, más anuncios de productos para adelgazar, conocidos comenzando alguna dieta… Por eso mismo, he decidido escribir sobre un tipo de dieta que lleva varios años “de moda”, la dieta cetogénica. Dos ejemplos famosísimos de este tipo de dietas son la dieta Dukan o la de Atkins.

Una dieta cetogénica es una dieta baja en hidratos de carbono, alta en grasa y moderada en proteínas. De este modo conseguimos que nuestro cuerpo entre en un estado fisiológico conocido como cetosis.  Y es que al no consumir apenas carbohidratos, nuestro cuerpo (concretamente el hígado) transforma nuestra grasa en cuerpos cetónicos,  los cuales utilizaremos como principal fuente de energía y así ahorraremos la poca glucosa que nos quede.

DIETA CETOGÉNICA PARA LA PÉRDIDA DE PESO

Algunos expertos en nutrición utilizan este tipo de dietas para el control de peso peso ya que según ellos:

  • Se produce una mayor pérdida de peso. Conseguimos que se queme la grasa de nuestro cuerpo y reducimos el apetito ya que el poder saciante de la grasa y proteína que ingerimos es mayor que el de los carbohidratos.
  • Hay una mejora del perfil lipídico. Se ha demostrado que aumenta el colesterol bueno (HDL) y disminuyen los triglicéridos.

Hasta aquí, me parece una dieta ideal , pero a la vez me entran dos dudas:

  • Si entra un paciente a nuestra consulta y le decimos que vamos a quitarle de su dieta el pan, la pasta, el arroz, las legumbres… Es probable que la primera semana e incluso la segunda hagan caso y estén encantados porque van bajando de peso muy bien. Pero, ¿durante cuánto tiempo la seguirán cuando le hemos quitado alimentos que forman parte de la alimentación diaria en nuestra sociedad? Y, ¿cuánto tiempo tardarán en recuperar el peso inicial cuando abandonen su dieta y vuelvan a su vida normal con los alimentos cotidianos?
  • Es cierto que mejora el perfil lipídico pero no se habla del colesterol malo (LDL). De hecho, en algunas personas que siguen este tipo de dietas aumenta el colesterol total. Puede ser por un aumento del colesterol bueno, pero hay que vigilar el malo también…

DIETA CETOGÉNICA PARA DIFERENTES PATOLOGÍAS

Existen estudios que demuestran que seguir este tipo de dietas tiene un papel neuroprotector. Por eso se han recomendado en personas con epilepsia, Alzheimer, trastorno bipolar, Parkinson…

En este punto quiero dejar claro que se trata de enfermedades muy serias, que requieren medicación y una  dieta de este tipo en todo caso puede ayudar pero NUNCA tratarlas.

Además, como en general mejora el perfil lipídico, se recomiendan en personas que tienen riesgo cardiovascular, es decir, aquellas con la tensión alta, colesterol y triglicéridos elevados. También es indicada en personas con diabetes porque mejora el control de la glucosa, ya que en estas dietas el hidrato de carbono que se ingiere es el que aportan las frutas y verduras principalmente y se evitan los procedentes del pan, arroz, pasta…

DIETA CETOGÉNCA PARA EL DEPORTE

Por un lado hay quien dice que mejora el rendimiento en deportes de resistencia porque ahorra el glucógeno.

Pero por otro lado, se desaconseja este tipo de dieta ya que la base para obtener energía en deportes, sobre todo de alta intensidad, son los hidratos de carbono y si no los consumimos a la larga aparecerán  efectos secundarios como irritabilidad, pérdida de pelo, sequedad de la piel, cansancio, hipotiroidismo… 

Por eso mismo, los carbohidratos tienen que consumirse de manera paralela a la práctica de ejercicio físico.  Y es que a medida que se realiza ejercicio físico, la sensibilidad del músculo a la insulina crece y es más efectivo los hidratos de carbono que se consumen porque irán dirigido al tejido muscular más que al adiposo.

Hay que tener claro que hagamos la dieta que hagamos, siempre tiene que estar supervisada por un profesional sanitario. Por favor, no compremos el libro con la dieta de moda porque nuestra vecina del quinto se lo ha comprado y le ha ido “muy bien”, porque al final estamos poniendo en riesgo nuestra salud.

Y ya no digo nada más, que cada uno saque sus propias conclusiones…

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Cuando era pequeña mis padres siempre me tenían el vaso de leche preparado cuando me levantaba. A veces ese vaso de leche también lo encontraba en las comidas y en las cenas. Según ellos, había que tomar mucha leche para tener los huesos fuertes y crecer mucho.

Curiosamente, en mi clase había una niña pequeña y muy delgadita que no bebía leche porque no le gustaba. Todo tenía sentido para mí, ella estaba así porque no bebía leche y yo estaba creciendo “un montón” porque no paraba de beberla.

Al principio tomaba leche entera, pero como tenía más grasa y yo estaba creciendo “demasiado”, mis padres decidieron pasarme a la desnatada. Decisión no muy acertada, porque entonces pasé a tomar leche desnatada pero con dos cucharadas más de “cola-cao”

Hoy en día está muy de moda el tema de los lácteos. Ahora la gente se lo piensa más a la hora de consumir lácteos. Y es que en la sociedad se encuentran dos posiciones opuestas. Los que la toman habitualmente porque tienen antecedentes en la familia de osteoporosis (aumento de la fragilidad ósea), porque han alcanzado una edad en la que en su corrillo de amigas todas la toman para tener los huesos fuertes o porque “son muy buenos y hay que tomar muchos lácteos al día y punto”

Y por otro lado, los que no lo toman porque son vegetarianos, porque tienen intolerancia a la lactosa o porque han oído que es mala, ahora esta de moda no tomar lácteos y “yo que estoy a la moda siempre con estos temas, así que voy a hacer lo mismo”

En este artículo  me voy a centrar en el tema de los lácteos y la salud ósea ya que hoy en día uno de los temas que más preocupa a las personas de mediana – tercera edad.

Lo primero de todo aclarar que cuando hablo de lácteos me refiero a leche, yogures naturales y algunos tipos de quesos. Siempre te encuentras a personas en la consulta que dice que toma muchos lácteos al día y éstos son helados como postre y dos batidos de chocolates… ¡Pues no! ¡Los batidos, helados y los postres dulces no se consideran lácteos!

Una de las principales razones por la que se recomienda tomar lácteos es por el mantenimiento del buen estado de los huesos gracias a su aporte de calcio. Sobre todo,  muchas mujeres con una edad en la que ya no pueden ser mamás se dedican a tomar muchos lácteos para ser mujeres maduritas pero con unos huesos jovencísimos… Pues bien, ¡mujeres maduritas de todo el mundo tengo un notición que daros! ¡¡¡Existen otros alimentos cuyo aporte de calcio es mayor!!!

Es muy importante saber diferenciar entre el contenido de calcio de un alimento y la cantidad que se absorbe. El brócoli, la coliflor, berza, col rizada… todos tienen más cantidad de calcio absorbible que la leche por ejemplo. Hay otros alimentos, como las espinacas que a pesar de tener calcio, también tienen otro compuesto (el oxalato) que impide que este calcio se absorba.

Además para mantener unos huesos fuertes hay que tener en cuenta otros aspectos que son incluso más importantes que el calcio como son:

  • Vitamina D (la que proviene del sol)
  • Vitamina K  (hortalizas de hoja verde como lechuga, acelgas…, verduras como brócoli, repollo, coliflor…)
  • Magnesio (verduras de hoja verde como las espinacas, aguacate, frutos secos como nuevces, almendras…)
  • Proteínas 
  • Actividad física. Y por actividad física me refiero a caminar aunque sea 30 minutos al día (creo que no pido mucho…)
  • Evitar sal refinada y azúcar (ambas estimulan la eliminación de calcio)

El tema de los lácteos es muy amplio y en próximos artículos seguiré escribiendo sobre éstos, pero con este artículo mi objetivo era que quedase claro un concepto y es que…

“Para unos huesos fuertes hay vida más allá de los lácteos”

Bibliografía:

 

Lunes,  7:00 am, suena la alarma, abrimos un ojo, alargamos el brazo, apagamos el despertador y ¿qué pensamos? “Uf, que sueño, necesito un café…”

Pues sí, muchos, entre los que me incluyo, es lo primero que tomamos para afrontar el día y muchos (sí… también estoy en este grupo),  necesitamos una o dos dosis más de cafeína para seguir afrontando lo que quede de jornada.

Por eso se me ocurrió escribir sobre el café. Bueno, más que sobre el café, sobre la cafeína desde el punto de vista de su capacidad para mejorar el rendimento en un deporte. La cafeína está reconocida como  suplemento ergogénico por la EFSA (European Food Safety Authority). De hecho, es una de las pocas sustancias cuya declaración de salud está aprobada por ésta. ¿Y qué es un suplemento o ayuda ergogénica? Se trata de cualquier sustancia que mejora el rendimiento en un deporte

¿Los suplementos de cafeína sirven para cualquier tipo de ejercicio?

Se ha demostrado que mejora el rendimiento en ejercicios de resistencia. No hay estudios que demuestren su eficacia en deportes de fuerza,  alta intensidad y corta duración, por eso, en este tipo de ejercicios no se recomienda su consumo

¿Qué dosis es la recomendada para qué haga efecto?

Según los trabajos publicados hasta ahora, una dosis de 3-6 mg/ kg de peso una hora antes del ejercicio es suficiente. Aunque el pico de cafeína se suele notar a partir de los 45 min. Es decir, para una persona que pesa 65 kg, debería tomar entre  195 y 300 mg de cafeína unos 45 – 60 min antes de empezar una carrera. Es muy importante no superar los 9 mg/ kg de peso al día porque no se han demostrado mejoras,  e incluso puede llegar a dar dopping.

Se ha demostrado que tomando una dosis de 3 mg/kg de peso una hora antes,  aumenta el rendimiento en ejercicios de resistencia y con dosis de 4mg/kg de peso también una hora antes disminuye la sensación de fatiga, aumenta la capacidad de concentración y el estado de alerta.

¿Qué fuente de cafeína es la mejor para obtener estas recomendaciones?

Es mejor y los estudios se han realizado con suplementos de cafeína deshidratada o anhidra. Ya que, por ejemplo, una taza de café estándar (45 ml) hecha en una cafetera de goteo (vamos las míticas cafeteras de toda la vida que tenemos en casa) tiene unos 25 mg de cafeína por taza, por lo que para cubrir los 3 mg/ kg de peso en un adulto sano de unos 65 kg (195 mg), habría que tomar unas 8 tazas de café una hora antes más o menos del ejercicio. Sí… un poco excesivo…

¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de escoger un suplemento de cafeína?

Hay numerosos preparados de cafeína específicos para deportistas. Por eso, hay que tener cuidado a la hora de elegir el adecuado. No debemos escoger suplementos que a parte de cafeína contengan otros ingredientes, como por ejemplo el ginseng, a no ser que éstos sean carbohidratos.

Además es muy importante probar la tolerancia individual. Cada persona es diferente y no le afecta de igual manera la cafeína. Depende de la velocidad de metabolización de la cafeína (por eso el pico varía en tiempo de unos a otros) y a lo que estemos acostumbrados.

Y por último,  NUNCA, NUNCA superar la dosis diaria de  500 mg de cafeína al día porque en tal caso puede aparecer efectos secundarios tales como irritabilidad, insomnio, nerviosismo,  malestar estomacal, taquicardia e incluso temblores musculares.

Para concluir dejar claro que la cafeína siempre que se consuma a dosis adecuadas nos puede ayudar a mejorar en la práctica de deportes de resistencia pero no por tomar más cantidad de este suplemento el rendimiento va a ser mejor, hay que ser consciente de que siempre hay que tomarlo dentro de unos límites.

Bibliografía:

Viñeta de Quino

Sin saber como ya estamos entrando en el mes de octubre. El verano ya ha quedado atrás y se supone que ya nos hemos puesto a dieta y  nos hemos apuntado al gimnasio para bajar esos kilitos de más que hemos ganado con tanta cervecita y helado. Se supone que vamos cumpliendo poco a poco los objetivos propuestos al comenzar este mes. Se supone.

Por eso, se me ha ocurrido escribir sobre las dietas milagro. Porque hoy en día estamos rodeados de este tipo de dietas, son de fácil acceso para cualquier persona y me parece importante informar sobre éstas antes de que cualquiera decida seguirlas. Unas son más famosas que otras pero al fin y al cabo todas buscan el mismo fin, adelgazar de manera rápida y que no suponga demasiado esfuerzo.

Para dejarlo más claro y que no haya dudas sobre qué tipo de dietas me refiero, todas tienen estas caracterísiticas en común:

  • Prometen “resultados rápidos” y “mágicos” (cura milagrosa, ingrediente secreto, antiguo remedio…)
  • Prohiben el consumo de un alimento o grupo de alimentos
  • Contienen listas de alimentos “buenos” y “malos”
  • Exageran la realidad científica de un nutriente
  • Aconsejan productos dietéticos a los que se les atribuye propiedades extraordinarias
  • Incluyen relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad
  • Contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación reconocida.

Sobre todo nos atrae, y mucho, eso de adelgazar de manera rápida, ya que en nuestra sociedad carecemos de una “cosa” llamada PACIENCIA. Hace poco leí en el libro “No más dieta” de Julio Basulto y María José Mateo una comparativa entre una dieta fraudulenta y una dieta saludable. En el se hacía referencia a que una dieta fraudulenta es eficaz a corto plazo,  es decir, bajaremos de peso rápidamente pero perdiendo solamente agua y músculo. De ahí viene que  el peso se recupere fácilmente y se produzca el  famosos efecto “yoyo”. En cambio, en una dieta saludable hay que tener paciencia (sí… otra vez la palabrita…) ya que sus efectos son a medio-largo plazo, pero contribuyen a prevenir enfermedades crónicas y por lo tanto se considera uno de los pilares de nuestra salud.

Pero da igual que una dieta saludable sea a largo plazo mejor para nuestra salud, nosotros nos quedamos con lo estúpendo de esa dieta que nos va hacer adelgazar muchos kilos en poco tiempo y dejamos de lado riesgos tan importantes como:

  • Inducen cambios en el metabolismo energético que producen estados de “resistencia” a la pérdida de peso.
  • Originan situaciones de desnutrición o déficit de diferentes tipos de micronutrientes (como por ejemplo, las vitaminas)
  • Empeoran el riesgo cardiovasacular de los pacientes.
  • Favorecen el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria.
  • Transmiten conceptos erróneos sobre la obesidad y su tratamiento.
  • Fomentan el sentimiento de frustración afectando negativamente al estado psicológico del paciente con obesidad.
  • Retrasan el inicio del tratamiento adecuado aumentando el riesgo de morbimortalidad
  • Producen gastos económicos innecesarios en productos que no producen los efectos declarados.
  • Pueden aparecer diversos síntomas asociados, como caída de cabello, debilidad en uñas, mareos…

Ahora sí,  espero que no os queden ganas de hacer una dieta de este tipo y que cada vez que veaís un anuncio sobre alguna de éstas,  no hagaís ni caso… ¡Qué son anuncios! Quieren llamar nuestra atención con afirmaciones maravillosas y por supuesto no nos van a decir los efectos secundarios que éstas conllevan. Todas buscan beneficios económicos más que la promoción de una alimentación sana y equilibrada.

No quiero terminar sin mencionar una frase de Abel Mariné (catedrático de nutrición) que sirve como resumen de lo que he querido transmitir con este post: “ De estas dietas cabe afirmar que tienen cosas buenas y originales, pero las buenas no son originales y las originales no son buenas”.

 

Bibliografía:

  • ¿Cómo identificar un producto, un método o una dieta “milagro”? Grupo de Revisión, Estuio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas. (Para acceder aquí
  • Estratégia Naos. Dieta Dukan. (Para acceder aquí)
  • “No más dieta” de Julio Basulto y María José Mateo.
  • “Comer y correr” de Julio Basulto y Juanjo Cáceres.

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Ha llegado el verano y con el la hora de ponerse el bañador y lucir “palmito”. Mucha gente, sobre todo,  público femenino, anda como loca comprando todo tipo de productos, apuntándose a gimnasios,  haciendo dietas… Por eso hoy voy a abarcar un tema que trae más de un quebradero de cabeza a muchas mujeres, la celulitis.

La celulitis aparece en la Real Academia Española (RAE) coloquialmente definida como la acumulación de grasa subcutánea en diferentes partes del cuerpo. Afecta entre el 85 y 98 % de las mujeres y predomina en glúteos y cadera.

Si buscamos en internet encontraremos cantidad de información sobre la temida “piel de naranja”, pero en verdad son pocos los estudios científicos que la han estudiado. La predisposición genética, la raza y el sexo (las hormonas sexuales femeninas) tienen un papel importante en el desarrollo de la celulitis. Ante esto no podemos hacer nada. Pero hay otros que la agravan y sobre los que sí podemos actuar:

  1. VIDA SEDENTARIA
  2. No hacer ejercicio nos llevará a tener más grasa, menos masa muscular y además aumentará la flacidez de los músculos. Todo esto hace que el bombeo de la sangre de las extremidades inferiores sean menos eficientes y esto contribuirá a agravar la celulitis.
  3. Para quemar grasa, lo más eficaz es el ejercicio aeróbico, es decir, andar de manera ligera, correr a un ritmo suave, pedalear en la bici sin mucha intensidad… La mejor señal (sin utilizar pulsómetro claro) para saber que estamos haciendo un trabajo aeróbico es notar que no nos falta el aire y que en todo momento podemos respirar bien.
  4. DIETAS RICAS EN GRASAS E HIDRATOS DE CARBONO: No quiero decir que haya que eliminar de la dieta de manera drástica la grasa y los carbohidratos. Sino más bien, llevar una alimentación saludable, en el que comamos de todo sin abusar de ambos grupos. Hay que evitar alimentos como snacks,  bollería industrial, bebidas azucaradas, comida rápida, frituras… Es decir, todos esos alimentos que son fáciles y rápidos de adquirir en un momento en el que nos entre hambre, pero que son también perjudiciales para nuestra salud (incluida nuestra “querida” celulitis).
  5. Por otro lado, he de aclarar que no hay ninguna evidencia científica de que la obesidad cause este problema. De hecho, hay personas que están delgadas y la presentan. Pero también es cierto que la obesidad la agrava y cuando se consigue perder peso, la “piel de naranja” se reduce.
  6. ESTRÉS, ALCOHOL Y TABACO: Sabemos que son dañinos en muchos sentidos para nuestra salud, así que lo mejor son evitarlos.
  7. ROPA AJUSTADA Y ZAPATOS DE TACÓN: La ropa ajustada y llevar muy a menudo zapatos de tacón limita el correcto flujo de sangre, por lo que, las grasas se queman más lentamente y tienden a acumularse.

Sí, sé lo que estáis pensando… la celulitis es un “coñazo” y no hay ningún alimento “anticelulítico” específico que nos ayude a eliminarla. Es muy difícil conseguir que desaparezca por completo, pero una alimentación ordenada, equilibrada y saludable junto la realización de actividad diaria nos ayudará a ello.

 

Bibliografía:

http://lema.rae.es/drae/?val=celulitis

http://aedv.es/sites/default/files/notas-prensa/documentos/celulitis_lo_ultimo.pdf

http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/alimentos_a_debate/2014/06/16/220079.php

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16020201

 

 

 

Bebé primer año de vida

Son muchas las mamás que vienen a la farmacia con dudas sobre la alimentación del bebé. Me han comentado en más de una ocasión que no acaban de encontrar información clara que les guíe como ir introduciendo los diferentes grupos alimenticios a sus hijos. Por eso, en este post voy a intentar hacer una sencilla guía para esas mamás que están un poco perdidas.

Antes de empezar quiero aclarar que voy a dar pautas generales. Lo ideal sería que estas fuesen individuales ya que cada bebé se va adaptando “a su manera” tanto a los grupos alimenticios como a los diferentes alimentos.

LACTANCIA MATERNA

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del bebé. Ésta debe ser a demanda y el tiempo de tetada (sí, en ocasiones se utiliza este término…)  entre 8 y 10 minutos. Un tiempo mayor puede causar meteorismo en el bebé y aparición de grietas en el  pezón.

Hay madres que por diferentes circunstancias no pueden dar el pecho durante tanto tiempo. ¡No agobiarse! Existen fórmulas de inicio o leches para lactantes realizados a partir de leche de vaca modificada. Estas fórmulas son el resultado de muchos años de investigación así que se adaptan perfectamente a las necesidades nutricionales del bebé.

A partir de los 6 meses se utilizan las leches llamadas preparados de continuación. Las diferencias más importantes con respecto a la leche inicial, son entre otras que el contenido en proteínas y hierro es mayor.

¿CUÁNDO INTRODUCIR ALIMENTOS DIFERENTES A LA LECHE?

La alimentación complementaria se recomienda no antes de los 4 meses ni más tarde de los 6-7 meses. Se deben introducir los alimentos gradualmente, de manera firme pero nunca forzando al bebé:

  •  Cereales: es el primer alimento que deberemos introducir. Primero sin glúten (hacia los 4 meses)  y no más tarde de los 7 meses daremos cereales con glúten a nuestro bebé.
  •  Frutas: es importante tener claro que las frutas no van a sustituir una toma sino que van a ser un complemento. Al principio las daremos en forma de zumos o a cucharaditas.  Es aconsejable utilizar fruta fresca e introducirlas una a una en cortos periodos de tiempo a partir de los 4-6 meses para comprobar que el bebé las tolera correctamente.
  •  Verduras: empezaremos a introducirlas a partir de los 6 meses en forma de puré. En el caso de las espinacas, col, remolacha, nabo y acelgas esperaremos hasta más o menos el año para meterlas en la dieta.
  •  Carne: es recomendable introducirla con la verdura. Primero el pollo (hacia los 6 meses), por ser más digerible, más adelante el cordero (7 meses) y por último la ternera (8 meses).
  •  Huevo: no incluiremos este alimento hasta los 10 meses, comenzando por la yema cocida (se puede añadir por ejemplo a la papilla o puré de la cena). La clara hasta después de los 12 meses nada.
  •  Legumbres y pescado: en el último trimestre. Las legumbres más bien cerca del año del bebé.
  •  Leche de vaca: a partir del año. Ésta puede ser entera o semidesnatada, nunca desnatada ya que su bajo contenido en grasa dificulta la absorción de calcio y vitaminas liposolubles (como la vitamina D).

No quiero acabar sin insistir en que cada bebé va marcando su propio ritmo de adaptación a los alimentos. Por eso, mamás y papás (sobre todo primerizos…) paciencia y sed flexibles.

Imagen: El Rincón de tu matrona

Bibliografía:

 

 

Fuente: Google

Fuente: Google

¿Quién no quiere adelgazar sin hacer ningún esfuerzo? ¿A quién no le gustaría tomar una pastilla mientras está tumbado en  el sofá y conseguir bajar de peso? Y es que hoy en día lo que prima es la ley del mínimo esfuerzo y por eso están tan de moda los llamados “quemagrasas

En este post me voy a centrar en uno, la L-carnitina. La L- carnitina es un aminoácido no esencial sintetizado en el hígado (principalmente) y los riñones a partir de dos aminoácidos esenciales, la lisina y metionina. También lo podemos obtener a través de la dieta en  las carnes rojas y en los lácteos.  Su función es la de introducir grasa al interior de las células para así metabolizarla y poder obtener energía.

Queda claro, por tanto, que la L-carnitina es esencial para consumir la grasa de nuestro cuerpo.  Según esta afirmación, lo lógico es pensar que si consumimos más L-carnitina podremos quemar más grasa y por tanto adelgazar. Pero lo único que conseguiremos es gastarnos el dinero y en esta época de crisis no estamos para gastos innecesarios.

A día de hoy no existe ninguna  evidencia clínica que avale que un mayor consumo de L-carnitina logre una mayor pérdida de grasa en personas sanas.  Se han realizado varios estudios (Villanti, 2000; Grunewald y Bailey, 1993; Williams, 1992) en los cuales las personas que llevaban un dieta baja en calorías junto con ejercicio y suplementación de L-carnitina no obtenían mejores resultados que aquellas que no lo tomaban.

Solamente se ha demostrado ser eficaz en el aumento del rendimiento físico en individuos con patologías asociadas a un déficit de carnitina muscular (Brass, 2004) y una mejora en los síntomas de isquemia en personas con problemas cardiovasculares. Por otro lado, en personas que realizan ejercicios de muy alta intensidad se ha demostrado que favorece la regeneración muscular, disminuye la formación de radicales libres y mejora la acción de hormonas como la de crecimiento. Pero ésto (y sí, lo repito) se produce en atletas que realizan deporte a altas intensidades y en cualquier caso no tiene relación con el metabolismo lipídico.

Por eso, si lo que quieres es que la L-carnitina que tomas tenga un efecto beneficioso para tu salud, lo que tienes que hacer es convertirte en una atleta de élite, entrenar casi diariamente y a una intensidad elevada. Pero si solamente buscas perder esa grasa que te sobra, es mejor que lleves una dieta sana y equilibrada, hacer algo de ejercicio (con andar media hora al día) y pasar de este producto “quemagrasas” porque está claro que no funciona.

Bilbiografía:

  • Villanti RG, et al. L-carnitine supplementation combined with aerobic training does not promote weight loss in moderately obese women. Int. J.Sport Nutr Exerc Metab 2000;2:199-207.
  • Grunewald KK, Bailey RS. Commercially marketed supplements for bodybuilding athletes. Sports Med. 1993;15:90-103.
  • Williams MH. Ergogenic and ergolytic substances. Med Sci Sports Exerc 1992:24Suppl.:S344-8.
  • Brass, 2004, Ann N Y Acad Sci 1 033: 67-78; Karlic y Lohninger, 2004, Nutrition 20 : 709-715)